Una necesidad interna de expresarse

Las esculturas de Jorge Bortolussi provienen de un impulso, una necesidad interna de expresarse a través de la piedra, el bronce y los diversos materiales que emplea; necesidad que experimentó desde temprana edad y que lo llevó a ganar, a los 12 años, el premio nacional de escultura.

De formación esencialmente autodidacta en lo a que a las artes se refiere, encontró su inspiración en la mitología, los mitos fundacionales de las grandes civilizaciones que dieron origen a deidades complejas, grandilocuentes y ricas en matices, que Jorge interpreta de manera excepcional. Pero no sólo eso, su producción también se nutre de las primeras formas que plasmó el ser humano: los petroglifos; pues, desde joven, tuvo contacto con las pinturas rupestres a través de los numerosos y constantes viajes al desierto, que lo llevaron a poblar su mundo de estos seres atemporales y llenos de misterio.

Con un título en Ciencias de la Comunicación, formación que se refleja en sus obras, Jorge busca comunicar, transmitir un mensaje y entablar con el espectador un diálogo fluido y espontáneo. Para ello, ha despojado a sus personajes de cualquier adorno superfluo y de cualquier elemento distractor. El resultado: forma reducida a lo esencial, monumentalidad y solidez.

De espíritu inquieto, Jorge ha experimentado con diversos materiales a lo largo de su trayectoria. En sus esculturas podemos apreciar la solidez de la piedra, la fortaleza del bronce, la calidez de la madera. Sin embargo, uno de sus grandes aciertos ha sido el trabajar un material tan delicado como antiguo: el papel. Gracias al empleo de resinas, combinadas con técnicas tradicionales como el papel maché, ha logrado crear piezas extraordinarias, con texturas y tonalidades de una gran riqueza expresiva.

Paola Fernández

Restauradora y curadora de arte